La sorprendente personalidad de Glenn Gould, su extraordinario talento interpretativo, su intensidad y su carácter escurridizo han fascinado a varias generaciones que vieron en el intérprete canadiense a un músico deslumbrante y singular capaz de inspirar tanto a músicos como a melómanos y lectores. El hechizo de su música y su carisma también cautivaron a Bruno Monsaingeon, quien logró trabar una amistad y colaboración que se prolongó hasta la prematura muerte del intérprete. Este libro recoge las evocaciones del amigo, así como las vivencias de aquellos años a través de textos e imágenes que nos descubren el universo gouldiano en un retrato casi autobiográfico.
«Gould fue un pianista sin antecedentes ni consecuentes, único en el sentido más estricto del término, vilipendiado por unos y venerado por otros».
Luis Gago, El País
«Su música es pura ficción, un juego extremo de edición y montaje para llegar al alma humana».
Ramón del Castillo, El País Babelia