El expresionismo alemán, nacido a principios de siglo, fue uno de los movimientos matrices del arte moderno, especialmente en la literatura y las artes plásticas. A sus propios logros hay que añadir, además, el haber dado origen, con posterioridad, al movimiento Dada y, por tanto, a partir de él, al surrealismo.
Los años 1910-1914 fueron los de eclosión del expresionismo, y en ellos ve la luz la obra de los tres poetas aquí seleccionados, muertos los tres trágicamente en plena juventud entre 1912 y 1917. La exultación vitalista de Stadler, el horror visionario de Heym y el lúcido dolor de Trakl son tres momentos claves de aquella poesía de ruptura y trágicas premoniciones, sin cuya irrupción resultaría inexplicable una parte fundamental del arte de nuestro siglo.