«A pesar de que el jefe de estación Fallmerayer no tenía un carácter propenso a fantasear, le pareció que aquel era un día marcado por el destino de una manera muy especial y, mientras miraba hacia fuera por la ventana, empezó a temblar de verdad. Dentro de treinta y seis minutos pasaría el tren rápido que iba a Merano. Dentro de treinta y seis minutos —así le pareció a Fallmerayer— la noche sería completa».
«Magistral relato. Pura literatura. Y pura vida».
Manuel Arranz, Diario Levante
«Breve y entrañable relato que traza el derrotero que, a partir de un feroz accidente ferroviario, toma la hasta entonces apacible y plana vida de Adam Fallmerayer, jefe de una estación de trenes cercana a Viena».
The Clinic (Chile)
«Una obra maestra del relato corto».
Milenio (México)